HISTORIA DE VIDA

Con la finalidad de conocer la percepción de una persona sobre las relaciones sentimentales amorosas, entrevisté a una persona para que me contara sus relaciones amorosas que ha tenido y hasta la actualidad en qué situación se encuentra sobre sus relaciones sentimentales y a continuación presento los resultados.

Persona entrevistada: Lic. Ana Chávez Hernández.

Primera relación sentimental.

Ana tuvo su primer relación sentimental cuando estudiaba el tercer grado de primaria cuando tenía nueve años de edad con un niño de nombre Uciel, esta relación duró tres años es decir hasta el sexto año de primaria Ana seguía con el chico, de esa relación solo recuerda el bullicio de sus compañeros cuando les decían la frase famosa de “son novios, son novios” cada vez que los veían caminar juntos.

De esa primera experiencia solo recuerda los recaditos de Uciel, también el grito de sus compañeros de la escuela que decían “Ana y Uciel, Ana y Uciel” además de los corazoncitos que él le mandaba o le dibujaba en cuaderno y al curioso es que esa primera experiencia ella no lo llama noviazgo, lo llama “mi primer lazo afectivo”.

Su relación durante la secundaria.

En la secundaria Ana se enamoró de un chico que compartía con él sus secretos sobre todo él hacia ella, por lo tanto más que su novio se convirtió en su confidente pues ambos se tenían mucha confianza, todo marchaba bien hasta que un día de convivencia con sus compañeros les tocó hacer la semana inglesa en donde le pedían al jovencito que le diera un beso en la boca a su confidente, cosa que así sucedió, pero fue un beso de la mala suerte porque a partir de ese beso el chico le dejo de hablar a la jovencita y ahí terminó todo de esta etapa.

Conoce a uno de Veracruz.

Después de su primer beso que lo hizo terminar con su amigo, Ana conoció a otro amigo que más tarde se hizo su novio, este era hijo de los compadres de los padres de Ana, ellos eran de Veracruz, aquí si los besos ya eran más obvios juntos con los abrazos, aparte de tomarse de las manos sin ningún problema pues ya tenían mayor edad y eso les daba mucha más confianza.

De eso recuerda un vestido que la mamá del chico le regaló, por lo tanto ella lo tomó más como un regalo de la madre del chico que como regalo de él, mas tarde el chico se fue a Veracruz su tierra natal y solo se podían hablar por teléfono, Ana no sabía que el joven tenía otra novia en Veracruz hasta que un día fueron a Veracruz los padres de Ana y el chico les presentó a su novia Ana se sintió muy lastimada y hasta ahí se terminó todo de esa relación.

Otra oportunidad en la preparatoria.

Al ingresar a la preparatoria Ana conoció a un joven que era hijo de su madrina, sutilmente empezaron a llevarse y poco a poco se hicieron novios. Con más confianza ambos eran constantes en visitarse en sus casas para invitarse de comer el uno al otro con el pretexto de visitarse pero en realidad era para que pudieran estar más cerca el uno al otro pues ya eran novios.

Un detalle que recuerda de ese joven es un alhajero que le regaló el día de su cumpleaños, en realidad ninguno de los anteriores tampoco le había regalado un detalle fuera del día de su cumpleaños, al parecer los dos estaban muy feliz con su noviazgo, pero no se explica que fue lo que pasó pero él solo le mintió y se consiguió otra novia y se olvidó de ella, dicha relación duró dos años, desde ese momento Ana se decepcionó de los hombres y se propuso ya no volverse a enamorar.

Renace el amor.

Cuando Ana empezó a estudiar la licenciatura en psicología conoció a un maestro que le llamaba la atención y poco después se hizo su novio con él la pasó bien porque casarse con él sabía que no sería posible pero lo hizo solo para cubrir la parte afectiva que le hacía falta, con él solo recuerda los libros que le regalaba o le prestaba para estudiar todos traían una carta de amor para la alumna del maestro y Ana aún conserva una carta del maestro aunque realmente no sabe en qué libro está pero sabe que aún la conserva.

Esa relación solo la quiso tener para no sentirse sola pero realmente pronto terminó, pues solo lo hizo para ver si recuperaba la confianza en los hombres pero al parecer solo fue una ilusión, aunque ella no se arrepiente porque la pasó bien con el profesor.

Uno más pero con hija.

Después de terminar con el maestro conoció a otro más que era diferente a los otros pues este era muy detallista con Ana, siempre la llevaba a comer y era muy atento con ella pues cada que la llamaba por teléfono la hacía sentir muy bien pero no fue posible consolidar esa relación porque él ya tenía una niña con otra mujer, por lo tanto esa relación solo duró un año y ella se ha quedado solamente con los momentos tan bonitos que pasó con él pues no le fue posible conseguir algo más.

El último que hasta hoy no ha podido olvidar.

En una fiesta de quince años Ana conoció a su último novio que hasta la fecha no ha podido olvidarlo este último es diferente a todos los demás porque le regalaba flores, peluches, frutas, etc. Aunque no fuera el día de su cumpleaños, además tiene un sillón en su consultorio que él se lo obsequió para su trabajo y siempre le pregunta qué le hace falta.

A este último lo recuerda por el número trece porque ella y él siempre coincidían con el número trece, algo que hasta el día de hoy ella no ha podido olvidar y su frase principal de él era “te voy a regalar la luna”. A partir de este último, Ana ya no ha podido establecer otra relación con otro, porque aún quiere mucho a este último.

En todas las relaciones que ha tenido Ana se caracterizó por tener novios mayores que ella en el caso particular del último le lleva trece años de edad, actualmente Ana tiene veintiséis años y es licenciada en psicología y sigue esperando a su último novio porque esporádicamente siguen saliendo y al parecer no se pueden olvidar el uno al otro.